1.4.04

de um poeta de Tegucigalpa que me foi mostrado pelo desenhista de sonidos

El espejo que no podía dormir[Cuento. Texto completo]
Augusto Monterroso

Había una vez un espejo de mano que cuando se quedaba solo y nadie se veía en él se sentía de lo peor, como que no existía, y quizá tenía razón; pero los otros espejos se burlaban de él, y cuando por las noches los guardaban en el mismo cajón del tocador dormían a pierna suelta satisfechos, ajenos a la preocupación del neurótico.


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